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TRANCOSO

Já sei namorar
já sei beijar de língua
agora só me resta sonhar
já sei onde ir
já sei onde ficar
agora só me falta sair
não tenho paciência p´ra televisão
eu não sou audiência para solidão

JÁ SEI NAMORAR de Tribalistas

Hola!
¡Vaya semana de frío llevamos! Y qué bien se está en casa estos días. Después de muchos años sin parar de un lado para otro, estoy aprendiendo a disfrutar y valorar los ratitos de tranquilidad y las cosas cotidianas del día a día en casa.
Ayer cogí el ordenador para escribir el post. Llovía mucho y hacía viento. ¿Os acordáis de que el invierno pasado fue larguísimo? Hasta junio no hizo calor de verdad.
El caso es que me puse melancólica y antes de escribir decidí repasar las fotos de mis viajes. Gracias a mi trabajo, aunque también por placer, he conocido sitios preciosos. En ese momento caí en la cuenta de que, entre todos esos lugares, hay uno que bien merece que os lo enseñe.
Hoy quiero hablaros de uno de los rincones más auténticos en los que he estado. Un lugar diferente, con encanto. El lugar perfecto para perderse y olvidarse del mundo: TRANCOSO. (Brasil)
Trancoso es un pequeño pueblo de Porto Seguro situado en lo alto de una colina en la costa del estado de Bahía. Al norte de Río de Janeiro y al sur de Salvador. Antiguamente era una aldea jesuita denominada Sao Joao Batista dos Indios. Aún  conserva esa esencia.
Estuve allí el verano de 2011, y aunque no es la mejor época para ir, ya que allí es invierno y los días son muy cortos, me enamoró por completo. Nada más aterrizar (volamos desde sao Paulo) pude intuir que estaba a punto de conocer lo más parecido a un oasis de calma y tranquilidad .


Trancoso no tiene nada que ver con ninguna de las ciudades brasileñas que conocí en la Copa Confederaciones.
Sobre todo por su naturaleza salvaje. Lo mejor son sus playas tropicales al pie de acantilados. Nunca había visto unas playas tan bonitas. El agua del mar no era la más cristalina, ni la arena la más blanca, pero el conjunto formado por el mar, la vegetación salvaje y el acantilado formaban un paisaje simplemente espectacular.




El pueblo  es conocido por sus playas, pero también por su plaza:  O Quadrado.
O Quadrado es la plaza principal del pueblo . Dicen que es una de las más bonitas de todo Brasil.
De día era bonita, muy bonita. Estaba llena de puestos artesanos,artistas  y niños jugando al fútbol.

Pero por la noche era simplemente mágica, ya que no quedaba ninguna luz encendida, sólo las de las velas de los restaurantes.

Como su nombre indica, la plaza era sólo un cuadrado compuesto por casitas de colores muy vivos, tiendas de productos artesanales y restaurantes. Recuerdo que había varios. En concreto me acuerdo de un italiano buenísimo. También había sitios para tomar una copa tranquilamente después de cenar, todos ellos con la música bajita y la suave luz de las velas. Allí era complicado irte a dormir más tarde de las doce de la noche, porque a partir de esa hora sólo había silencio.




Lo mejor de la plaza, el aire bohemio de la gente,  la mezcla de lenguas y razas. Por las noches, en los restaurantes, eran típicas las tertulias entre las personas nativas y los nuevos visitantes que escuchaban fascinados las historias de la zona.
Dentro de la plaza se encontraba una iglesia jesuita, la Iglesia de San Juan Bautista,del siglo XVI.

Desde la misma plaza se podía apreciar una espectacular vista panorámica de las playas y el océano.

Estas eran las vistas desde el balcón de nuestra posada

Allí pasamos una semana que me supo a poco. Nunca olvidaré esos días. Hay gente que dice que estos sitios de playa son para estar poco tiempo, porque a la larga terminas aburriéndote  y subiéndote por las paredes. Yo no lo veo así. Sobre todo después de conocer allí a Darío, un argentino ex agente de banca reconvertido en guía turístico y pintor.
Cada día venía a la Posada a recogernos, hablamos mucho. En una ocasión le preguntamos qué le había llevado a Trancoso, llevaba ya siete años viviendo allí y según sus propias palabras era “el tío más feliz del mundo “.
Él nos respondió algo que nunca podré olvidar:
“Cuando estaba en Buenos Aires me di cuenta de que me pasaba once meses trabajando sin parar en algo que no soportaba, cabreado, para poder disfrutar de un mes de vacaciones y de un lugar tan increíble como este. Ahora,en cambio, disfruto todo el año  de este paraíso, trabajo menos porque necesito menos para vivir, canto y pinto que es lo que me apasiona y cuando quiero agarro la maleta y me voy un mes a Buenos Aires .”




Algunas fotos de la plaza las he sacado de páginas oficiales. El resto pertenecen a mi álbum personal (me ha costado un poquito sacarlas de ahí) 
Antes de despedirme, contaros que el lunes fue mi cumpleaños. Muchos ya lo sabéis porque me habéis felicitado por aquí. Muchas gracias! Este año cambio a la cifra del 3, un número que como os he contado alguna vez no me disgusta sino todo lo contrario.
Eso sí, me parece increíble cómo pasa el tiempo. Si parece que fue ayer cuando llegué a Madrid con 18 años.
Lo celebré en familia, muy tranquila. El día empezó genial con este desayuno, cortesía de Mayra e Isabel. No sabía por dónde empezar!

Por la tarde llegaron las tartas. Tan bonitas a la vista como deliciosas.

Unas “medicinas” que me regalaron, con pinta de curarlo todo.

Las chicas de Elle siempre detallistas me enviaron estas hortensias tan bonitas.


Este regalo me dejó sin palabras. Gracias a Loewe por este tarro XXL de mi perfume favorito (en la foto lo he puesto al lado de la vela para que os hagáis una idea de lo grande que es). Casi me vuelvo loca cuando lo vi.

Por la noche salí a cenar.  Este brindis por vosotros!


Me habéis preguntado mucho por las cosas del bebé del post anterior.
Las tortugas son de cloud b.
La pulserita familiar de Miss Medallas.
El caballito de la tienda Ambar Decoración (el Zielo de Pozuelo).
También me preguntabais por la pizarra donde escribí para daros las gracias. Es una de las paredes de la cocina.
Esta semana además he descubierto estas tazas de pizarra, en la que también se pueden dejar mensajitos.

Seguimos la semana que viene. Un beso enorme!!
” No existen tierras extrañas. Es el viajero el único que es extraño “
Frase de Robert Louis Stevenson, pero a mí me la enseñó Darío.