UN PLAN PERFECTO
No pude dejarte la puerta entreabierta esa tarde
hacerte pasar para nunca agarrarte
ya sabes que a ratos resulto una idiota.
Yo no pude meterte en la caja de historias pendientes,
hablarte bonito mientras te me duermes,
quedarme tu tiempo a cambio de nada.
Polvo de mariposas
Vanesa Martín
Vanesa Martín
Hay quien dice que los mejores planes no
se planean. Yo estoy bastante de acuerdo con eso. Hay días en los que
las cosas van surgiendo sin planearlas y resultan fantásticos. Lo mismo
pasa con las noches. ¿Cuántas veces hemos quedado con los amigos ¨a tomar unas cañas¨
y nos han dado las 5 de la mañana? Esto me recuerda a lo caprichosa que
es la vida con ciertas cosas. Como cuando te lavas el pelo y el día que
te vas a quedar en casa sin hacer nada es el que mejor te queda A mí me ha pasado.
En fin, muchas veces la improvisación es
la mejor opción. Sin embargo, una de las cosas que más me divierte es
investigar por internet nuevos restaurantes, tiendas, cafeterías,
exposiciones, mercados, espectáculos… Madrid tiene una oferta enorme.
Llevo doce años viviendo en esta ciudad y me da la sensación de que es
imposible conocerla por completo. Siempre hay algo que te sorprende.
Suelo apuntar todo aquello que me llama la atención en una agenda de la
que voy tirando. Me gusta descubrir sitios nuevos aunque generalmente
huyo de los que están súper de moda.
Creo que ya os he contado en alguna ocasión que uno de mis barrios preferidos es el de Malasaña.
En él solía perderme cuando llegué a Madrid y en él me sigo perdiendo
bastante a menudo cuando me apetece desconectar. Malasaña es una de esas
zonas en las que la gente va a su bola. Nadie mira a nadie. Me gusta.
El mítico barrio de la movida es mucho más que eso. En sus calles he
encontrado algunas de las mejores tiendas de discos, ropa vintage,
libros o decoración.
Hay varios sitios que se han convertido
en un clásico para mí. Una rutina que repito año tras año. En Navidad
una de mis visitas obligadas es a Happy Day Cupcakes.
La tienda americana más dulce y original que os podáis imaginar. Lo
mejor, las magdalenas azules y el pastel de zanahoria. En verano me
encanta comer en la terraza de la pizzería de la Plaza del 2 de mayo. Todos tenemos nuestros rincones en los que nos sentimos como en casa.
La última vez que he estado en Malasaña
fue el fin de semana pasado. Fuimos a celebrar el cumpleaños de una
amiga y buscábamos un sitio tranquilo para comer. Acabamos en El Cocinillas.
En realidad repetíamos, ya que es un restaurante al que he ido varias
veces y cada vez me gusta más. Si no lo conocéis os lo recomiendo. Nos
sentamos en la mesa del fondo. Me vino a la cabeza un artículo muy bueno
y con mucho humor de Rafael de Rojas que leí hace tiempo sobre cómo comportarse en Malasaña en el que decía que si eres un buen malasañero
“a partir de mediodía tienes que comer o beber en algún sitio moderno
con un ventanal grande en el que se te vea bien”. En este caso
preferimos que no se nos viera
Dice también de Rojas que debes llevar barba, calcetines de colores,
botas militares y por supuesto la bici, aunque nunca te subas a ella
porque total “son dos pasos”.
El Cocinillas lleva abierto desde 2010.
Es uno de esos sitios que enamora, con una decoración preciosa y una
atención impecable. Julián, su dueño, dejó su profesión
de decorador de interiores y apostó por su verdadera pasión: la cocina.
Todo está buenísimo, pero mi plato preferido es la burrata con gambones al ajillo.
Comimos, charlamos, reímos. Pusimos el
mundo patas arriba, lo volvimos a dejar en su sitio y así podríamos
haber estado toda la tarde. Aproveché cuando se fue todo el mundo para
hacer las fotos, por eso no veis a nadie Normalmente está lleno.
Nada más salir a la derecha en la misma calle está otro de mis sitios preferidos de Madrid, la librería Tipos Infames.
Es una librería, tienda de vinos, bar y sala de exposiciones. Todo en
uno. Tiene una selección de libros estupendos y además organizan
multitud de eventos culturales que podéis consultar en su preciosa web.
www.tiposinfames.comLlevo vaqueros de Current Elliot, camiseta de American Vintage, bolso Loewe, collar de cuentas que compré en un mercadillo de Londres y sandalias que me habéis visto mucho últimamente pero que son tan cómodas como ir descalza.
El sitio cuenta con una barra con vinos
de autor para probar por copas o, si lo preferís, también os podéis
tomar un café en una de sus mesitas o en su cómodo sofá. Siempre
mientras ojeamos uno de sus libros que son una tentación. ¡Me habría
llevado todos! Finalmente compré estos cinco.
Y estos vinos.
En la misma calle, que por cierto, es la Calle San Joaquín se encuentra una tienda muy chula de mobiliario vintage y decoración: Mandalay.
En realidad es un sótano enorme, mucho más grande de lo que pueda
parecer desde la calle. Nunca sospecharía que tras esta puerta se
encontraba algo así
Estuvimos un buen rato buscando curiosidades. Nos perdimos entre las telas, tapices y muebles orientales.
Os dejo unas fotos de lo que más me llamó la atención.
Os dejo unas fotos de lo que más me llamó la atención.
Sin movernos de la Calle San Joaquín, apenas a 10 metros de la tienda de muebles está VAQUERÍA.
Una tienda pop up en la que cada semana puedes encontrar diferentes
exposiciones con venta. Esta semana tocaba bicis y motos retro. ¡Qué
recuerdos me trajo a la mente! ¿Os acordáis de la mítica Puch? ¿Y la BH?
Volvimos a por el coche dando un paseo y
así, como se suele decir “echamos la tarde”. Risas, buena comida,
libros, vinos, muebles viejos, anécdotas, recuerdos de nuestra primera
bici y también de nuestras caídas en ella… Ojalá todos los días que no
planeásemos salieran así de bien.
Cuando vaya leyendo los libros os cuento, de momento estoy con el de Vila- Matas que me recomendó un buen amigo, me tiene enganchadísima.
La libertad es una librería
Joan Margarit
Joan Margarit
Seguimos la semana que viene.
¡Un beso enorme!
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